martes, 19 de mayo de 2020

Así quedó luego de su gran luna de miel

 primera relación sexual


Cuando Alicia* conoció en el trabajo a un jardinero que trabajaba por cuenta propia, este le dio su tarjeta de presentación y le dijo que podía llamarle si quería plantar un árbol muy grande. Resultó que el “árbol” en cuestión medía 23 centímetros y Alicia, de 35 años, se la pasó genial plantándolo.“Siempre me ha gustado mucho el sexo oral y hacer mamadas profundas, por eso fue genial hacerlo con alguien con el pene tan largo”, recuerda. “Fue divertido, excitante y desafiante poder usar las dos manos y la boca. Notaba cómo sus centímetros entraban y salían por mi garganta. Me prendió muchísimo y me dieron muchas ganas, de tener sexo”.



Este fue un momento crucial para Alicia. Después de su primera relación sexual con un “superdotado”, se dio cuenta de que quería repetir la experiencia una y otra vez, por lo que se convirtió en lo que se denomina una size queen, es decir, una persona a la que le gustan los penes gigantes. Esta preferencia puede ser oral, vaginal y anal. En general, las personas con las que he hablado tienen consensuado que las erecciones consideradas como “tallas grandes” comienzan a partir de los 18 centímetros de largo y los 14 centímetros de contorno, entonces, su preferencia por el tamaño se sitúa unos 5 cm de largo y 2,5 cm de contorno por encima del promedio.

Matt, que mide unos 26,5 x 20 cm, está familiarizado con todo lo anterior. Descubrió por primera vez que la tenía más grande que sus compañeros de clase en las regaderas del gimnasio de la escuela. Poco después, se empezó a divulgar el rumor y le empezaron a llamar "El Burro". Por un lado, Matt siente que algunas mujeres lo trataron como un juguete (en una de sus primeras experiencias sexuales, un grupo de chicas le pidieron que les enseñara el pito a cambio de poder verlas en brasier) y, al mismo tiempo, siendo un tipo que se define como un poco nerd y con pocas capacidades sociales, cree que sus dimensiones lo ayudaron a explorar su sexualidad en la adolescencia. “No cabe duda de que los rumores me daban mucha ventaja”, me confiesa este británico de 35 años. “Estoy seguro de que había chicas que nunca se habrían fijado en mí de esa forma si no fuera por eso, pero al menos les entró la curiosidad después de que me pusieron el apodo”.



Es lógico que el nacimiento del deseo sexual adolescente —que no deja de aumentar,—combinado con los rumores en una ciudad pequeña, diera paso a un interés creciente en el pene de Matt. Aunque la curiosidad no siempre se puede equiparar con el deseo sexual. Alicia descubrió que era una size queen en un encuentro casual, igual que muchas otras personas. Hanna*, de 43 años, vio su primer pene enorme cuando se tiró a un tipo que conoció en una fiesta de la universidad; Bella*, de 19 años, tuvo una de sus primeras experiencias sexuales en la escuela con una persona con un gran pene y Theresa*, de 21 años, salió con un hombre muy bien dotado y, después de que rompieron, se le hizo muy difícil volver al tamaño promedio de los demás hombres.

Hay varias razones por las que los penes grandes son atractivos para las amantes de lo sobredimensionado, entre las que se incluye la posibilidad de hacer felaciones profundas, la sensación del ensanchamiento de la vagina y su estética visual. “Me encanta comparar el tamaño del pene con mi cuerpo y agarrarlo para comprobar con mis propias manos lo grande que es”, afirma Bella, mientras Theresa cree que tamaño y masculinidad van de la mano. Además, Bella revela que nunca tiene arcadas y que disfruta tener esa habilidad con un pito grande. Alicia tuvo una revelación parecida durante su primera vez con el jardinero superdotado. “Normalmente, una mamada a fondo con un pene de tamaño medio sería una simple penetración, pero él se cogía mi boca de verdad”, recuerda.

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